La represión franquista en Villarrobledo será dada a conocer, explican los organizadores, 71 años después en estas jornadas, organizadas sin ayuda institucional alguna, salvo la cesión del Claustro del Ayuntamiento de Villarrobledo por el mismo, y la participación de modo altruista y voluntario de los ponentes.
En ellas, se busca -añaden- una aproximación con todo rigor y en plena normalidad democrática a lo que supuso la represión franquista en Villarrobledo, 71 años después. La estructura de las jornadas es multidisciplinar, ya que incluyen historia, sociología, arqueología, y asociacionismo de derechos humanos. Tras cada ponencia habrá un espacio abierto a la participación, de debate o de preguntas por parte de la ciudadanía.
Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca, aseguran creer firmemente que ha existido, y existe, «un gran desequilibrio entre cómo se ha tratado a las víctimas del franquismo y a las otras, homenajeadas hasta la saciedad en todo este tiempo, con sus lugares de memoria intactos, respetados y respetables, siempre que se ajusten a la ley, y siempre presentes».
Eliminación
Se añade que mientras tanto se han construido nichos y aparcamientos sobre los barreros. En este contexto, consideran que «no parece de recibo, ni parece ajustarse al respeto a los muertos que la sociedad manifiesta, y se señala que son personas, y como tales merecen respeto y también merecen ser reintegradas a la sociedad de la que fueron violentamente arrancadas».
Al respecto, esta Asociación recuerda que se solicitó al ayuntamiento de Villarrobledo la señalización y protección de estos lugares, sin haber recibido respuesta alguna aún.
Atendiendo a los datos que maneja la Asociación, en Villarrobledo cerca del 2% de la población fue eliminada físicamente en los 'años de plomo' de la dictadura, más los que vinieron después, de exclusión social y económica, y de discriminación.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca, entiende que la dictadura «pisoteó todos y cada uno de los derechos humanos de la Declaración Universal de 1948, y concluye señalando que no puede olvidarse que todos estos ciudadanos dieron lo mejor de su vida, y su vida misma, en la defensa de unos valores y derechos de los que hoy disfrutamos todos con normalidad, y que por ello, es hora ya de reconocer a los muertos de todos, a todos los muertos».
(Información extraída de la edición digital de La Verdad de Albacete)
(Información extraída de la edición digital de La Verdad de Albacete)
